jueves, 20 de octubre de 2011

Para Siempre HDS


Mar adentro, hace tiempo que transité desde que supe que nunca te podría ver. La lluvia gris, me hizo naufragar cuando el mar no cesa repleto de malas intenciones, aunque siempre busqué la fuente esperanza que pudiera calmarme en el estanque , aquel donde pudiera contemplar la espuma de Venus sin llegar a ser ese Héroe de Leyenda que siempre quise ser.
No más lágrimas, me prometí una noche de Agosto cuando por última vez probé tu flor venenosa desviándome de la senda que lo único que conseguía era agrandar la herida que sangraba cada despertar, que me sumergía en tu hechizo después de cada oración.
No te sientas culpable, fui yo quien a leer tu carta me dejé enamorar por esa sirena varada, cuya apariencia no es sincera, que me condujo por el camino del exceso directo a la más profunda decadencia perdiendo la apuesta por el rock and roll. Pero con nombre de guerra supimos encontrar el tesoro que unió para siempre nuestros nombres a los placeres de la pobreza siendo bendecida la causa de nuestra locura.
Dejamos de guardar tumbas de sal en la alacena, salimos con la sangre hirviendo a deshacer el mundo que odiamos, buscamos la flor de loto entre abundante opio en días de borrasca, y tras la fuerte avalancha ahora reposamos serenos en brazos de la fiebre.
Rueda, fortuna, si aún no has rodado lo suficiente, ya encontré un veinte de octubre a ese maldito duende que se escondía entre dos tierras de esta iberia sumergida.
Y sin más, no te he olvidado, no te voy a dejar morir todavía, porque ahora y para siempre, buscaré sin cesar la chispa adecuada.




Hoy, hace cuatro años, pude cumplir unos de mis sueños, ver en directo a Héroes del Silencio, aún hoy y durante el resto de mis días me seguiré emocionando con cada una de sus canciones, seguirá mi vello de punta al escuchar cada acorde…


Disfruten de este temazo con el que abrían sus conciertos de su última gira…



lunes, 10 de octubre de 2011

La deuda que tengo que pagar...

Las horas pasaron rápidas en la madrugada del uno de enero de este nuevo año que recibíamos, mojando nuestra euforia en ingentes cantidades de alcohol. Fuera ya amaneció, dentro, seguíamos ajenos al mundo, no nos importaba el reloj, nuestro único objetivo se resumía en mantener la verticalidad apoyados en la barra mientras nos servían la penúltima copa.
Ahí llegaste tú, buscando la barra encontraste mi brazo como punto de apoyo estable durante algunos minutos más, esperando que el camarero nos echara del garito. Poco a poco nos fuimos, cuando los viejos desayunaban un sol y sombra en las cafeterías, caíamos en nuestras camas ausentes desde el año anterior.
Mediaba enero, tú te empeñabas en buscar faltas ortográficas en mis garabatos literarios que aparecían por las redes, yo, no salía de mi asombro por tu rara afición…
Pasaba el tiempo, lo virtual superaba a lo presencial en nuestras conversaciones, entre la ficción y la realidad nos debatíamos nuestra existencia común, nuestras horas muertas frente a una pantalla.
Ahora compartimos cervezas como si nos conociésemos desde hace años, como si nos quedara tanto por contar, tanto por saber, tanto por compartir en estos bares como nexo de unión. Te preocupaste por conocerme, por saber los significados de mis letras, y ahora eres tu la que aparece por aquí…Mal y tarde estoy cumpliendo una parte de esta deuda contraída una noche de agosto, aunque seguiremos discutiendo jarra en mano…J

lunes, 3 de octubre de 2011

La vida, detrás de cada esquina...

La botella de Whisky ya estaba menos de media, quedaban solo tres cigarros en el paquete y estaba tan presente tu rostro en mi mente esa noche que lo mejor que podía hacer era salir a pasear sin rumbo por las calles desiertas de este frío diciembre.
Cogí la gabardina, los tres cigarros, y caminé durante más de una hora por calles por las cuales nunca había paseado, o tal vez sí, pero el alcohol y tus ojos me impedían ver la realidad a la que me conducían mis pies.
Ya regresaba a casa sin mucha prisa, con desgana de todo, sin pensar en nada,  cuando crucé aquella esquina sin mirar y mi nariz impacto con su frente haciendo que cayera redondo al suelo. Cuando hacía esfuerzos para incorporarme y soltar mi puño a aquello que fuese lo que me había golpeado pude verla a ella, con una mano en la cara por encima del pelo, con mirada temerosa, con la duda de intentar ayudarme o salir corriendo sin mirar atrás.
- No te preocupes, estoy bien. Pude balbucearle. Le dije que estuviera tranquila que no iba a hacerle nada, que solo era un pobre atormentado por los celos que salía a pasear a medianoche. Ella lloraba, quizás ya estaba llorando antes de toparse conmigo. Le propuse que me acompañara con mi paseo por si necesita hablar, le coloqué mi gabardina sobre los hombros y paseamos durante unos minutos más, quizás unas horas, cuando nos despedimos ya era de día y comenzaba a llover.
Ahora ella duerme a mi lado, igual que lo lleva haciendo durante los diez últimos años de mi vida. Noviembre se presenta muy frío y no hay nada como el calor del hogar. Nuestros hijos duermen en sus habitaciones de este sábado de lluvia intensa, pronto vendrá uno más.
Te recuerdo estos días, porque puedo celebrar mi aniversario gracias a ti, no directamente, está claro, pero tú fuiste la culpable de que esa noche bebiera sin control y saliese a pasear para intentar olvidar como te marchaste con ese tipo a dos semanas de nuestra boda.
Me comentan que te has vuelto a separar por segunda vez, y que, a veces, te han visto pasear por las noches gritando mi nombre, pidiendo que vuelva a tu lado. La vida da muchas vueltas, ahora te echa a ti a la calle por tus indecisiones, por tus dudas, por creerte ombligo del universo sin pensar en nada más, por no valorar lo que tenías entre tus manos.
Soy muy feliz, en parte es gracias a ti, aunque no como a ti te hubiese gustado.