viernes, 26 de noviembre de 2010

La primera de tantas...

Hay personas que entran y salen de tu vida sin apenas darte cuenta…
Los días pasan, la vida sigue y el destino es una fulana que siempre hace lo que no le pides, que te quita lo que quieres y que te enseña, a lo lejos, aquello que nunca conseguirás…al fin y al cabo esta es la vida.
Y cuando las nostalgias se apoderan del presente, la melancolía invade tu rutina y los sueños se esfuman a los lejos, nosotros, los débiles nos refugiamos en páginas de negro sobre blanco sin sentido, que no hacen más que ser como puñales afilados cuando vuelves a leerlo.
Este grito contra el mundo despiadado, que no lo es tanto, pero que nos empeñamos en que nos martirice con esas pequeñas cosas, lo cotidiano, lo común, lo correcto…
Y al final, los del primer mundo poseemos todo aquello que se necesita para ser “feliz”, alimentamos nuestros cuerpos cuando queremos y de lo que queremos, saciamos nuestra sed con líquidos mágicos que nos cambian el ánimo, vestimos como modelos acercándonos a cualquier centro comercial, y amamos, cuando nos dejan, a cualquier musa caída del cielo…
¿Qué nos falta? No lo sé, pero seguro que no es  aquello que añora el niño nacido en África, tampoco es eso que piden los privados de “libertad”, y eso otro que desean los desarraigados sin hogar.
Solo sabemos, que si te caes, no queda más remedio que levantarse lo antes posible, porque los monstruos malvados te pisan los pellejos antes de cada amanecer…

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