Ya no soy un joven rebelde, un tipo inconformista, nunca lo fui. Ya no salgo a quemar las calles, a escupirle al mundo, nunca lo hice. Ya no mato por amor, no muero por celos caprichosos, nunca fue ese mi estilo. Ya no recorro ciudades, no me basto a mi mismo para corregir destinos, nunca fue así. Ya no tengo seguridad suprema, ya no resuelvo mis dudas mojadas en cerveza, nunca lo conseguí.
Hoy no soy tan joven como ayer, tengo sobrepeso de comerme el mundo con el envoltorio puesto, por eso será que aun no se a que sabe realmente.
Tengo dudas de dudar, esas que no tenía ayer, esas que no dudaba tener.
Hoy no soy tan joven como ayer, las puertas abiertas ahora están entornadas, los vasos medios llenos, medios vacios son suficientes para necesitar un salvavidas.
Ayúdame si puedes, poder es querer, querer no sé que es. Ayúdame, mi independencia se está perdiendo en la neblina de este cálido otoño. Ayúdame, lo pido como también los pidieron los Beatles, lo pido a algo que no tiene ni nombre ni silueta.
Pido una dosis de compañía astral que cubra ese intervalo que hay entre soledad y soledad. No sé que es, no se a quien lo pido.
Me bebo otra cerveza, pienso, y…quizás no esté tan mal.
Te imaginaba en la cocina, preparando para mí ese pesto genovés que algún día me prometiste, yo semi-vestida apenas con mi calcetín de la suerte huérfano desde sabe Dios cuándo… posiblemente por eso era y es mi calcetín de la suerte. Parecía un tanto desacertado lucirlo esa precisa noche, pero francamente lo imaginaba así… yo intentando ponerte un tanto nervioso, pretendiendo que no atinaras a nada, riéndome de ello y, riéndome de todo contigo, descorchando una ¿segunda? botella de vino, la cual no compartiría pues amo el vino demasiado… entre tanto saboreábamos un poco de buen queso y escuchábamos algo de jazz de fondo, o cualquier otro estilo que se dignara a sonar en la emisora de turno, bailando contigo en modo pato las letrillas divertidas, mas tú sonrojado por el baile, yo ruborosa a causa del tinto, envueltos en el delicado aroma a albahaca que desprendía la marmita sobre el fuego.
ResponderEliminarMe imaginaba, por momentos, mirando al infinito desde el ventanal, embelesada por la inmensa belleza de todo un universo apabullante…
...y volviste a insinuarme un beso, a susurrarme al oído, a sentir mi cuerpo, a quebrantar mi intranquilidad...volviste a insinuarme un beso, pero al tenerlo, tu cajón de los truenos apareció para levantar el inmenso muro sólido que nos separa...volviste a insinuarme un beso, pero solo ofreciste un abrazo...Ahora recaliento la comida basura que sobró ayer, brindo con mi sombra a la luz de una peli mala, y vuelvo a la cama anhelando tu hueco en mi almohada...
ResponderEliminarUn detalle muy bonito el tuyo, muchas gracias, pero sabes lo que más me gusta de tí... el uso contagioso que haces de los puntos suspensivos... es que me atrapan por completo...me embriagan... ;-) Y es que, entre la ficción y la realidad siempre tendrán cabida nuestros apreciadísimos tres...
Eliminar(no me lo dejes abierto que no controlo eso del "to be continued"...)
De "vacas".
ResponderEliminarAtasco monumental a la salida de Madrid, previsto hora y media de retención, tensión en el ambiente, se presienten la prisas, el estrés, gente malhumorada…y el ensordecedor ruido de las bocinas ameniza el momento, pero nada va conmigo, ni contigo. De repente te miro, subo a 29 el volumen de la radio (suena Led Zeppelin con su Since, I´ve been loving you, me abstraigo de lo mundano… y comienzo a quitarme la ropa, me sobra todo, el tiempo, las ganas…vislumbro la histeria colectiva desde el habitáculo y casi empiezo a ponerme más cachonda por momentos, me abalanzo sobre tí, atónito, con mi culo aplastó el claxon pero que suena de forma diferente ahora, sin tregua , rítmico y acompasado … al vaivén de dos cuerpos, fuera todo fluye mientras nosotros permanecemos estáticos, dentro, todo surge con ligereza...
(digo..para darle algo de vidilla ¿no?)
Me encanta...
ResponderEliminarMe encanta que te encante... (siempre he querido decir esto)
EliminarLa euforia de salir de la sucia rutina hace mojar el deseo en tan solo un instante...Dejaste ese maldito uniforme tirado en la silla de la habitación y saliste a volar...Paseabas con esa minúscula minifalda por los bares de los pueblos perdidos de Asturias, lucías tu ajustada camiseta blanca sin nada debajo por las calles de Salamanca, y mostrabas tu sonrisa picarona cuando hacíamos el amor en cualquier parte, bajo la sospecha de ser observador por varios voyeur en pleno gozo...¡Qué Septiembre no llegue nunca!
ResponderEliminar-que no llegue...- continuará... ;-)
ResponderEliminaralguien que continúe con esto ¿no?
ResponderEliminarshow must go on